La herida del niño al que no le dan la razón

¿Te has preguntado alguna vez cuál es la herida que se reactiva en ti cuando te enfureces porque alguien opina diferente respecto a cualquier tema? En realidad, estás tan aferrado a tu verdad (y a tu herida) que inconscientemente no te permites aceptar que existan otras visiones, otras opiniones, otras concepciones del mundo y de la vida. Tu realidad (tu forma de ver el mundo) es una entre muchas, pero en ningún caso es la definitiva. Si esto te duele, te recomiendo que leas hasta el final.

El temor y el odio que pueden despertarse en ti cuando alguien opina diferente te están conectando con una parte infantil y visceral que se remonta a tu niñez y a tus necesidades no atendidas. Igual que esa niña o niño pequeño, pataleas cuando las cosas no son como quieres, cuando no te dan la razón o cuando alguien muestra una opinión que no se corresponde con tu mapa mental. Has de saber que las personas más intransigentes y propensas al juicio y al conflicto son las menos flexibles, y esta falta de flexibilidad puede desembocar en síntomas físicos, falta de conexión vincular y aislamiento.

Obviamente, no se trata de que tengas que estar de acuerdo con todo el mundo (esto tampoco es saludable), pero tu necesidad de que te den la razón u opinen como tú (y solo como tú) esconde “algo”. Hay una falta de madurez y un niño no atendido que “llora” y se enerva cuando no se le aprueba ni se le ve. En este mundo diverso, has de tener claro que siempre encontrarás opiniones distintas y versiones alternativas de una misma realidad. Pretender que todo el mundo opine como tú o tratar de imponer tu verdad, como si fuera lo único que debe existir en el mundo, no es coherente y a la larga te hará sufrir. Profundiza en ti mismo y practica el ejercicio de ponerte de vez en cuando en los zapatos del otro, más allá de tus propias heridas y de los temores que puedas estar proyectando sobre él. El mundo adquiere otro color cuando las cosas dejan de ser “blancas” o “negras” y te abres a comprender que cada ser lo está haciendo lo mejor que sabe, puede o le enseñaron.

Compártelo en